martes, 15 de septiembre de 2009

El cuerpo también va a la escuela

OTRA MIRADA HACIA LA CULTURA DE CONVIVIENCIA ESCOLAR




Primer trabajo de campo- Curso 1 de Tiempo Completo.
Maestras Mónica Mora y Fernanda Lumaca

Ventana sobre el cuerpo



La iglesia dice: El cuerpo es una culpa.

La ciencia dice: El cuerpo es una máquina.

La publicidad dice: El cuerpo es un negocio.

El cuerpo dice: Yo soy una fiesta.



Eduardo Galeano



(¿Qué dice la escuela?)

 
N u e s t r a e s c u e l a : cultura de convivencia

Introducción
La Escuela Nº 86 de Tiempo Completo está ubicada en la ciudad de Libertad, departamento de San José, a pocos metros de la Ruta N° 1. Tiene casi 400 alumnos provenientes de diversos puntos de la ciudad, de los más diversos contextos. Cada uno de ellos aporta su historia de vida, sus costumbres, aprendizajes, diferentes tiempos de permanencia en la institución y tiempos de adaptación diversos, delineando un clima de convivencia singular, en permanente construcción, dinámico.
El equipo docente ha variado a través de los años pero en este último tiempo se destaca un particular clima de permanencia fundamentalmente sostenido por la estabilidad a lo largo del tiempo del maestro director -que lleva diez años en la institución- y un sólido núcleo de maestras efectivas con experiencia en la docencia, en la escuela y en sus niveles respectivos. Sin ser efectivas en la institución, un número no menor de docentes ha tenido la posibilidad de ser consecuente con la elección de interinatos o suplencias anuales, siendo éstos, factores que se destacan como positivos para los diversos ejes de trabajo de nuestra escuela.
El personal no docente también lleva muchos años allí. Si bien su rol no incide directamente en los factores estrictamente pedagógicos dentro del aula, son un importante pilar a la hora de construir un clima de convivencia y una cultura particular de convivencia que podríamos definir a grandes rasgos con los rasgos de “estabilidad”, “permanencia”, “dinamismo”, “fluidez” y “contención”. No es menor destacar el clima de convivencia auto percibido por el colectivo docente, ya que generalmente a la hora de abordar este tema, la mirada suele ser depositada desde los docentes hacia los alumnos, y buscar las causas en el contexto social de los alumnos, sus familias, es decir en variables externas a la institución. Esta autocrítica es fundamental a la hora de abordar cualquier diagnóstico grupal, institucional. La mirada hacia la interna de la institución debe ser el punto de partida para identificar cualquier problema u obstáculo a solucionar.
A n t e c e d e n t e s

Breve retrospectiva de la cultura de convivencia institucional
Comenzar un proyecto de investigación de carácter exploratorio para la posterior intervención, es imposible sin conocer los antecedentes acerca del tema con los que cuenta la escuela. Los docentes efectivos de la misma, han realizado en los años anteriores los Cursos de Apoyo a la Escuela de Tiempo Completo, implementando proyectos acerca de convivencia, en los cuales el colectivo ha tomado como punto de partida algunos problemas detectados, observados, discutidos y analizados.
Hace 10 años el proyecto elaborado por el colectivo recoge las características propias de la escuela en ese momento:
“Allí tenemos más de doscientos cincuenta niños, trece maestros, profesores especiales y auxiliares de servicio que comparten cada jornada. También los padres, muchos de los cuales poco se acercan a la escuela. Hay que buscar caminos para mejorar la convivencia. Esto nos lleva a pensar como colectivo, a intentar lograr una visión compartida de la escuela, desde sus problemas, para pensar, discutir y buscar soluciones juntos: niños, maestros y padres. Iniciamos así el camino de juegos cooperativos con la esperanza de mejorar la convivencia, sustituyendo la matriz existente de competencia por la de cooperación”.
En este estado de situación el colectivo docente describe el clima de convivencia de la escuela haciendo énfasis en un problema que es percibido como no ajeno a otras escuelas del país: la agresividad observada tanto en los vínculos físicos como en el lenguaje de nuestros alumnos, que se constatan a través de conductas agresivas en las horas de recreo, en los juegos y en los espacios comunes dentro y fuera del aula.
Hacer énfasis en la propuesta de juegos cooperativos, lleva a fijar como equipo, objetivos a corto, mediano y largo plazo. Dentro de los objetivos a corto plazo, se realizaron juegos cooperativos en las horas establecidas, así como talleres evaluando los resultados. Unido a esta dinámica, la lectura de textos relacionados con el tema. A mediano plazo, los objetivos fueron de sistematización, comunicación y transmisión de esta dinámica: se inició el archivo de textos instructivos de los juegos realizados, prepararon carteleras con los logros producidos, basados en una autoevaluación y co evaluación de los resultados, iniciando así una memoria escolar que resultó ser el sustento para la consolidación de esta nueva cultura de convivencia que se implementó. A largo plazo, el proyecto traza objetivos más ambiciosos: continuar hacia el año próximo, enriquecerlo con nuevos aportes, pero fundamentalmente evaluar periódicamente si lo propuesto se puede “sentir”, “vivir” y “transmitir” en la Escuela, y trasciende la mera puesta en práctica de un proyecto de algunos meses.
Hoy, 2009, nuestra escuela cuenta con otras características ya descriptas: ha crecido en alumnado, en lo edilicio y en personal docente. También ha cambiado cualitativamente: la movilidad docente ha permitido nuevas adaptaciones, y a partir de esta nueva realidad que tiene raíces en la historia escolar, hoy nos proponemos acrecentar y fortalecer, aportando nuevas visiones, aquel proyecto que se fijaba objetivos muy claros y desafiantes a la vez.

Para leer el documento completo: hacé click acá

1 comentario:

Anónimo dijo...

FERNANDA Y MÓNICA ¡¡¡¡FELICITACIONES!!HAN HECHO UN TRABAJO MUY INTERESANTE!!!